Más vale mediocre que totalmente pastel

Basta de derrotas desmesuradas y triunfos inolvidables. Abracemos por un momento el sensato y siempre calmo bienestar del momento promedio. Sin medallas de oro, sin dramas lacrimógenos. Sonrisas de satisfacción, lágrimas como delicadas escupidas de veneno, y esa sensación de acomodarse en el sillón hecho exactamente a nuestra medida.

Puede sonar fácil, simplón, hasta mediocre.

¿Y?




Publicadas portinch a la/s 1:00 p.m.  

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