El todo

Una parte por ahí dice que esta soledad es toda mía. Acá el que falto soy yo.
- Otros ojos la siguen, me caigo a pedazos. – agrega otra pieza desde el frente, imposible no sentirla.
- Ey, pero que si se juntan los pedazos quede algo como una sonrisa, aunque sea por la felicidad merecida, que no siempre es la que más brilla. – susurra una sombra del rincón.
Pasa volando un panadero. Creo que de algún lado una parte lo sopla, el panadero da una vuelta acrobática y luego se encamina en firme picada contra el suelo. Nadie vuelve a soplar.
- Despertarse temprano con las picaduras invisibles en la mano y la ventana abierta no puede alcanzar. – sentencia una pieza con algo de insensibilidad a cuestas.
Y así se sigue, como un rompecabezas con todas las piezas a mano y a la vez siempre incompleto.

Publicadas portinch a la/s 11:58 p.m.  

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