Psicoanálisis arquitectónico

Subo al ascensor, pensando en cualquier cosa. El aparato comienza el ascenso. De repente siento la certeza de que ya estoy en mi piso y llevo inmediatamente la mano a la puerta para abrirla aunque el ascensor sigue en movimiento.
Justo antes de hacerlo recapacito y me detengo. Me doy cuenta de que estoy en el cuarto piso.
Yo vivo en el sexto.



Publicadas portinch a la/s 6:47 p.m.  

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