2006

El año pasado escribí algo así por ahí:

"El año termina, el año empieza, y supongo que lo que celebramos es el paso del tiempo. ¡Todavía sigue
pasando! ¡Hurra!
Así que me imagino que tiene sentido que uno pueda estar tanto eufórico como triste. El tiempo como un vaso por la mitad. Me hace pensar en las cosas por venir. Días, horas, los minutos que traen nuevas experiencias. Bien. Me recuerda de todo lo que quedó atrás."

Ayer pensaba en estas cosas del año nuevo. (¿Qué festejamos? El año nuevo o el fin de año). Entonces podemos prestarle atención al "Uuuh, empieza un nuevo año", pero en mi caso la mayor parte del tiempo la cabeza se me va para el lado de que algo se termina. Cosas que se terminan. Cosas que desaparecen. Esas son las que pesan en mi cabeza.
Las que están por venir, y aunque estoy convencido de que están ahí al frente, y también creo profundamente de que encierran gloriosos momentos.... bueno, por ahora sólo pueden mostrar su ausencia.
Las memorias de lo ido están acá, presentes, firmes.
Así que de alguna forma sólo se trata de lo que tengo a mano y lo que no.

Así que me imagino que en realidad el vaso no está mitad vacío mitad lleno.

Pero también sé que viene más agua en camino.

Publicadas portinch a la/s 5:08 a.m.  

0 comentarios:

Publicar un comentario