entonces

ahora destronarte, ocaso
como desenredando dedos
olfateando antojos,
desinvitarte del paisaje
del balcón sostenido
y tus pupilas sol

repartirte, abrazo
codeando relojes
con juego de muñeca
dislocando cadenas
hasta desatar los hombros

despeinarte, espera
rasguñar los ojos
con estos dedos secos
de tu adiós de barro

Publicadas portinch a la/s 1:25 p.m.  

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