Magui

en la oscuridad más negra
- esa de la propia nariz invisible -
con sus ojos, aunque inútiles,
bien abiertos
se paró en el centro de la penumbra

en un escenario hecho de nada más
que expectativas
y cariños infinitos

A esa oscuridad amiga, profunda
le pintó grietas
de luces circulares
con sus ojos, que hasta ciegos,
nos siguen guiando.

Publicadas portinch a la/s 5:35 p.m.  

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