Digresión

Me mira a los ojos mientras me pregunta:
- ¿Vas a jugarte por mi?

No me salen las palabras. Las piernas me tiemblan, se desarman, quedo de rodillas a sus pies. Asiento con la cabeza.
Se queda un momento mirándome. Y entonces se acerca, y poniéndose en puntitas de pie acomoda su delicado trasero sobre mi cabeza y se instala plácidamente con sus piernas colgando contra mi espalda.

Publicadas portinch a la/s 2:12 p.m.  

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